Las disfunciones craneomandibulares afectan al menos al 5% de la población en las sociedades industrializadas, viéndose afectadas las mujeres en una proporción de 2:1 con respecto a los hombres. Así pues, es crucial desentrañar el mecanismo subyacente a la aparición y el mantenimiento de las disfunciones craneomandibulares también desde una perspectiva evolutiva.

Para abordar la cuestión de si las disfunciones craneomandibulares son una enfermedad de la civilización, tenemos que ser capaces de demostrar que la civilización ha afectado a las estructuras orofaciales, que estos cambios han tenido implicaciones funcionales, que a su vez están asociadas a las disfunciones craneomandibulares o, mejor dicho, las causan.

Discutimos este tema a la luz de la evidencia clínica, antropológica, experimental y biomecánica en una presentación de podio en el 18º Simposio Internacional de Morfología Dental y 3ª reunión de la Asociación Internacional de Paleodontología (IAPO), Frankfurt, Alemania, 15-19 agosto 2022. Puede encontrar más detalles en Fornai et al. 2022 (Bull Int Assoc Paleodont. 2022;16(2): p. 127 resumen 038 en el artículo